Existe una razón por la que tu Membresía no termina de funcionar.
Ok, hablemos de cosas que a diario tienen que escuchar las personas que no han hecho los deberes con su negocio de Membresía.
—No deberías de publicar ese tipo de contenido en tu Membresía.
—Pásame un código de descuento y entro.
—Sé que esto no entra en el soporte, pero seguro que me lo puedes responder ahora.
—Ahora no tengo todo el dinero para entrar, te lo pago en doce plazos.
—Te has flipado con el precio, así no venderás, ni a mí ni a nadie.
—Esa Membresía de tu competencia, ya sabes cuál, es mejor que la tuya. Háztelo mirar.
—Ayer cerraste carrito, pero seguro que podemos arreglarlo.
—Esto está incluido en la Membresía, ¿verdad?
—Solo ofreces pago anual, pero yo quiero entrar pagando mensual. Pásame el enlace.
—Mi caso es distinto. Llámame al XXX XXX XXX y te cuento.
¿Qué haría una Membresía de plastilina ahí?
Bajarse los pantalones y decir sí a todo mi amo.
Arrodillarse hasta no poder ni respirar.
Y todo para que, al final, ese cliente termine entrando en la otra Membresía de la competencia, que, además, es la más cara.
Mira, el problema no es que un cliente elija a otro.
El verdadero problema aquí es que ese cliente de mierda te llegue.
Porque eso significa que algo no estás haciendo bien con tu Membresía.
Algo mal estás haciendo cuándo tu Membresía está repleta de clientes tóxicos.
Y no, no mires afuera. Ni pienses que qué mala suerte, que todos te llegan a ti.
Es que tu Membresía, tal y como la tienes montada, estructurada, cimentada, atrae eso.
Bueno, haz con esta información lo que quieras.
Puedes ofenderte o puedes inspirarte. Cero problemas para mí.
Pero si montaste tu Membresía como supiste o pudiste, o todavía no la has montado, ahora tienes la oportunidad de cambiar eso.
Tienes la oportunidad de construir un negocio serio, recurrente y escalable, que te dé la tranquilidad y la estabilidad que ningún otro modelo de negocio podrá darte jamás.
Tienes la oportunidad de hacerlo bien, desde la base
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