Fisio desnuda en mi cama el viernes por la noche
Todo en orden.
Bien, te cuento algo.
Da igual lo que sea que hagas.
Da igual lo que sea que vendas.
Da igual el sector en el que lo vendas.
Lo importante es que puedes mejorar radicalmente tu negocio.
Y no importa si trabajas con las manos como una fisioterapeuta.
O si trabajas con los pies como un entrenador de running.
Lo que verdaderamente importa es que tienes la capacidad (y la oportunidad) de vivir bastante bien de un negocio digital.
Digo vivir bien. Digo vivir bastante bien.
Porque no es lo mismo que una fisioterapeuta atienda a cinco pacientes todos los días y ya…
O que un entrenador enseñe a diez runners todas las semanas y adiós…
A que ambos profesionales tengan un negocio digital escalable y predecible que les aporte seguridad y tranquilidad económica todos los meses del año.
Todos los putos meses del año.
Eso es posible y factible gracias a los negocios de membresía y a las suscripciones recurrentes que pagarán tus clientes mes a mes.
Vengan a entrenar o no vengan.
Vengan a la consulta o no vengan.
Pero pagar, pagarán.
Es lo que hay.
Y no lo digo yo que, claro, qué te voy a decir, que me dedico a esto desde el 2017 antes de Cristo.
Te lo pueden decir mis clientes del Estudio
O mis suscriptores del Club.
E incluso hasta los invitados de mi podcast.
Todos viven de sus negocios.
Y los que todavía no, lo lograrán en breve.
Porque hacen lo que tienen que hacer.
Porque siguen un paso a paso que les allana el camino llevándoles en volandas hacia la meta como te llevaría tu entrenador…
O en volandas hacia el paraíso como te lleva tu fisio de confianza.
Todos deberíamos tener a una fisio de confianza.
Aunque quizás esta solo sea mi sesgada opinión del día (y de la noche).
Lo que no es sesgado es el alto valor que sacarás de mi lista de correo: