Preguntas indecentes
La gente tiene dudas.
De si casarse o no.
De si emprender o no.
De si suscribirte a mi newsletter o no.
Las dudas no son buenas. Al contrario, nos nublan el juicio e impiden tomar decisiones lógicas.
No nos dejan decidir en base a lo más importante sobre lo que podemos fundamentar nuestra toma de decisiones.
El conocimiento.
Mira.
A mí no me gustan las dudas. Soy más de tomar acción.
Si algo me gusta, lo hago. Y si no me cuadra, lo deshecho.
Pero no me mola nada quedarme a medias.
Me mola tomar decisiones.
Bien.
Yo también quiero que tú tomes decisiones.
Quiero que hoy tomes una decisión importante para el futuro de tu negocio de membresía.
Una decisión que puede desatascar de una vez y para siempre ese proyecto que tú y yo sabemos que tienes ahí.
Un proyecto un tanto descuidado.
Un tanto olvidado.
Un tanto desatendido.
Un tanto muerto.
Por eso, ahí va la pregunta más indecente que me han hecho sobre mi newsletter. Y su correspondiente respuesta:
¿Qué pasa si me apunto a tu newsletter?
Pasa que todos los días te mandaré un email con un consejo para que puedas crear, anzar y escalar un negocio de membresía que te proporcione ingresos recurrentes cada mes.
Y otra cosa que pasará, es que todos los días trataré de venderte algo. Ya sea mi membresía, algún infoproducto o directamente mis servicios profesionales.
Yo creo que es un trato justo.
En caso de interés, me dejas tu email justo aquí debajo y ya estás dentro: