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Párate un momento y piensa.
Piensa en aquel día que publicaste un tweet y te funcionó.
En el día que publicaste en stories y recibiste bastantes respuestas.
E, incluso, en el día que publicaste en Linkedin y la gente te comentó.
Aunque no seas un as de las redes sociales, seguro que alguna vez te paso eso.
Trata de recordar cómo te sentiste.
De pletórico. De poderoso. De influyente.
En lo contento que te pusiste pensando que, joder, igual hay que darle otra oportunidad a esto de las redes sociales.
Y ojo, no me malinterpretes.
No me refiero a utilizarlas para hacer postureo o para dar envidia a tu ex.
Me refiero a utilizarlas como una herramienta de construcción de marca personal, generación de audiencia y captación de clientes para tu negocio.
Bueno, eso es lo que te propongo.
Que trabajes las redes sociales y que te sientas extraordinariamente satisfecho con los resultados que obtienes.
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