Aprende esta habilidad y automáticamente serás más libre.
Alguien pensó una vez que montar un negocio le daría libertad.
Que podría elegir a sus clientes y que solo trabajaría en proyectos motivantes.
Que le permitiría mudarse de la ciudad con su familia a una casa al lado del mar.
Que quedaría para desayunar con sus amigos los martes por la mañana y recogería a los niños del colegio todas las tardes sin prisa alguna.
Sin embargo, la realidad es bien distinta.
Interminables jornadas pegado a la pantalla.
Clientes déspotas que no valoran y cientos marrones por resolver.
365 fuegos por apagar y cero tiempo libre.
¿La casa en la playa? De eso, mejor ni hablemos.
Entonces, te pregunto algo:
¿Por qué hay tanta distancia entre el ideal emprendedor y la realidad de casi todos?
Repito.
¿Por qué todos emprendemos buscando libertad y la mayoría solo encuentra esclavitud?
El entorno.
El entorno lo es casi todo.
Quiero decir, si te rodeas de emprendepobres llorones con la testosterona por los suelos, lo más normal es que seas uno de ellos.
Que te pases la mañana en el Discord ese, discutiendo sobre la última herramienta de IA.
Que te comas a todos los clientes tóxicos que los demás descartan.
Y que la libertad sea una utopía para ti.
Ahora bien, si te rodeas de emprendedores y empresarios exitosos, muy posiblemente tu realidad sea abismalmente distinta.
Naturalmente, no te vas a hacer millonario de la noche a la mañana.
Sin embargo, es prácticamente imposible que tu realidad no cambie.
Y que tu negocio no lo haga a la vez.
El entorno nos define, queramos o no. Nada podemos hacer al respecto.
Pero lo que sí podemos (y debemos hacer) es elegir cuidadosamente ese entorno en el que crecer y evolucionar como empresarios y como seres humanos.
Por cierto, tengo una lista de correo.
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