Carta abierta al emprendepobre.
- Insultar a desconocidos en Twitter.
- Pasar 16h frente al portátil ocupado en cosas que dan cero dinero.
- Dar vueltas, analizar, sopesar y valorar si debes invertir en el negocio para crecer.
¿Se te ocurre algo más triste?
¿Algo que grite más alto “vida de emprendepobre”?
¿Que eres emprendepobre? Cojonudo, pero digo yo que querrás evolucionar en la vida para ser un empresario empotrador, ¿no?
¿O acaso tu máximo objetivo es alcanzar el rango de “Emprendepobre de Élite”, cuya app del banco dice lo mismo en 2024 que en 2018?
¿No?
Pues haz las cosas diferentes.
¿Te lo repito?
Que hagas las cosas distintas, joder.
Mira.
Yo también he sido un puto emprendepobre, y lo he superado.
Quiero decir, sé como salir de ahí.
No es complicado.
Te lo repito: NO es complicado.
Te doy un consejo:
Haz lo contrario a lo que hacen tus amigos emprendepobres del barrio.
Por ejemplo:
¿Que ellos contratan las formaciones por precio?
Tú por valor.
¿Que ellos van a eventos a dar palmas?
Tú a vender bruto.
¿Que ellos hacen conjuntas para comprar el último plugin de moda?
Tú inviertes en tu negocio y generas en un mes con tu Membresía más de lo que el emprendepobre medio factura en un año.
En resumen, mira lo que hace la gente cuyo día a día odias, y haz lo contrario.
Entonces, ¿qué?
¿Emprendepobre o empotrador?
Para lo primero ya no puedo ayudarte, lo siento.
Hace años que me avergoncé de mí mismo y me rehabilité.
Para lo segundo, sí.
Tengo una lista de correo a la que todos los días escribo un nuevo consejo de Membresías.
Día fuera, consejo perdido.
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