Casi destruyo mi propio negocio con esta cagada.
Mira, cuándo lancé mi membresía la cagué a base de bien.
Por eso, si has estado atento, verás que el negocio ha cambiado bastante.
Es importante, eso. Mirar mucho a la gente que hace cosas.
Especialmente a la gente que hace cosas y no le va mal del todo que digamos.
Al abrir mi membresía lo hice como el puto culo, las cosas como son.
¿Porque la puse a 10 euros al mes para validar?
No, nada de eso.
¿Porque anduve meses y meses diseñando el logo sin lanzar?
No, eso tampoco.
¿Porque le regalé la membresía al primero que me lo pedía a cambio de visibilidad?
No soy tan gilipollas.
Es otra cosa.
El gran, terrible y jodido error lo cometí con la propuesta de valor.
Lance con contenido y con comunidad.
¿Lanzar con contenido y con comunidad es un error?
No, pero lanzar con mucho contenido y con mucha comunidad, sí.
Y ya no es solo que el valor fuese exageradamente superior al precio, que también.
Es que había, literalmente, demasiado contenido.
Y eso, amigo de las membresías, es una cagada de las gordas.
Porque, como todo el mundo sabe, si das muchísimo por un precio bajo, que no barato, la gente no lo valora y termina largándose por falta de uso.
Y, además, dar demasiado suele provocar bajas por aplastamiento.
Esto es, que el suscriptor de la membresía se abrume, vea que nunca estará al día y, de nuevo, le de al botón cancelar suscripción.
Como te digo, cagada de las gordas.
Entonces, ¿qué hice?
¿Ir a llorar a Twitter?
No, cerrar acceso a la membresía y replantear todo.
Y abrir de nuevo con mucho menos contenido y, directamente, sin comunidad.
¿Resultado?
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