Cómo aprovecharte de los haters de una forma sencilla (y absurdamente rentable) para tu negocio.
Hay algo que genera verdadero pavor a los emprendedores.
Y no hablo de vender poco.
Hablo de algo que paraliza mentes y aumenta pulsaciones.
Algo que limita éxitos y destroza corazones.
Algo que genera tremenda ansiedad al 99,9% de los seres humanos:
Hablo, naturalmente, del miedo a las críticas de desconocidos random por internet.
Y eso, amigo de las membresías, es un grave problema.
No las críticas. Tenerle miedo, digo.
Porque entones, las personas no hacen lo que saben que tienen que hacer para generar negocio.
Entonces, las personas hacen lo que sea para gustar.
Se desviven por complacer.
Mueven cielo y tierra para agradar.
No para generar negocio.
Para gustar, para complacer y para agradar.
Entonces, críticas no tienen.
Pero negocio tampoco.
Mira, hay algo que está meridianamente claro:
Si tienes un negocio que funciona, tendrás haters.
Personas con serios problemas emocionales, que tratan de aliviar sus carencias afectivas vomitando bilis sobre cualquiera que parezca que la ve mejor que a él.
En cambio, si estás empezando o tienes poca visibilidad, haters no tendrás.
Grábate esto a fuego:
A más negocio, más haters. Y a menos negocio, menos haters.
Si lo piensas, tiene todo el sentido del mundo:
Ventas → Dinero → Éxito → Visibilidad → Crítica → Envidia → Odio
Tener haters es bueno porque, solo si eres capaz de aprovecharte de su existencia, tienes un arma poderosísima a tu favor.
Un arma poderosísima, de generación de ventas, de dinero y de éxito.
Y gratis.
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