Cómo dejar de ser un vagabundo digital
Hoy en día está muy de moda el nomadismo digital.
Ya tú sabe.
Trabajar online desde cualquier parte, con tu portátil a cuestas.
No necesitar un emplazamiento físico para desarrollar tu actividad, pudiendo vivir viajando o, simplemente, trabajar desde el Starbucks más cercano.
Eso bien. Yo me siento bastante identificado con esta filosofía.
Por ello creamos un negocio 100% online. Y no un negocio 100% físico. Eso no.
Sin embargo, en esto de lo online, muchas personas aspiran a ser nómadas digitales y se quedan por el camino.
Solamente llegan a vagabundos digitales.
¿Y eso por qué?
Pues porque no tienen casa.
Un nómada digital tiene casa. Casa digital, me refiero.
Tiene una web desde la cual ofrece sus servicios, formaciones, productos o lo que sea que venda.
Un vagabundo digital, no. Se sirve únicamente de las redes sociales o herramientas de dudosa seriedad para construir su negocio.
Otro día te daré mi opinión no solicitada sobre por qué no deberías montar tu negocio en las redes sociales.
Bien.
¿Y qué pasa cuándo no tienes casa?
¿Qué pasa cuándo tu negocio depende única y exclusivamente de las redes sociales o herramientas de terceros?
Que estás vendido.
Estas a la merced de sus algoritmos y decisiones de empresa, 100% alineadas con sus intereses.
No con tus intereses, Con los suyos.
Una auténtica put*da.
Mira.
Lo mejor que puedes hacer es ser 100% autónomo. Reducir las dependencias de terceros y centralizarlo todo en casa.
Construye tu propia casa. Tu vivienda digital, donde solamente mandes tú y no dependas absolutamente de nadie.
Y si el hogar que quieres montar es una membresía, nada mejor que suscribirte a mi newsletter para aprender cómo: