Cómo ofrecer un soporte cojonudo en tu membresía.
Te voy a contar una historia que igual te interesa si tienes (o quieres tener) una membresía y quieres que te vaya bien.
Si te da igual como te vaya, entonces no te interesará.
Mira, en mi membresía ofrezco soporte personal e ilimitado.
Eso significa que los socios pueden preguntarme lo que les de la gana y yo le respondo uno a uno, atendiendo a su caso concreto y específico, a través de un audio personal.
Me están preguntando dudas acerca de estrategia de negocio, captación de clientes, cómo poner precios, de qué forma estructurar la propuesta de valor, cómo construir audiencia, ideas para retener suscriptores, cuestiones técnicas, mentalidad, etcétera.
Son cosas que ocupan y preocupan a las personas que tenemos un negocio de membresía.
Entonces, ¿de qué forma te afecta eso a ti?
- ¿Qué estás dentro de mi membresía? Tú me preguntas y yo te respondo.
- ¿Qué no estás dentro de mi membresía? Tú me preguntas y yo no te respondo.
Es sencillo.
Bien.
Algunos pensarán que esto es arrogancia.
Sin embargo, no tiene nada que ver con eso.
Ni con arrogancia, ni con chulería, ni con matonería de barrio.
Tiene que ver con lo que cuento en mi newsletter.
¿Qué newsletter?
Esta de aquí debajo: