Cómo ser feliz con tu negocio de membresía
Un tema.
Ayer hablábamos de por qué montamos negocios.
Montamos negocios porque queremos ganar dinero.
Dinero que nos de tranquilidad, libertad, seguridad.
Dinero que demuestre que lo hemos logrado y así cerrar el pico al pesado de tu cuñao.
Dinero que nos de felicidad.
Oh.
¿El dinero da la felicidad?
Yo creo que no.
Creo que lo que nos permite el dinero es alcanzar todo aquello que nos sitúa en un momento de felicidad.
Dando por hecho que la felicidad no es un estado en sí mismo, sino la forma en la que percibimos nuestro día a día.
Según mi sesgada opinión del hoy, claro.
Entonces, ¿de qué forma podemos lograr situarnos en ese punto con nuestro negocio?
Digo con nuestro negocio como podría decir en nuestra vida, porque la vida y los negocios son lo mismo.
Hay algo fundamental que sí o si hay que tener en cuenta.
La coherencia.
Es fundamental ser coherente con tus actos y tus valores.
Es decir, que lo que haces en tu negocio se alinee con tu forma de entender la vida.
Y no al revés.
Pongamos un ejemplo.
Si lo que a ti te hace más feliz del universo es la libertad, sentirte libre, sin ataduras y dueño de tu tiempo, no montes una membresía que te esclavice 24/7/365 porque serás profundamente infeliz.
Monta un proyecto serio, sostenible, escalable y que aporte valor, sobre bajo un modelo que no requiera que estés todo el tiempo prestando un servicio, creando contenido o respondiendo emails de soporte.
Otro ejemplo.
Si detestas a los vendehumos porque crees que la palabra ética no existe en su diccionario, ya que mienten más que hablan, no montes una membresía en la que prometas cambiar la vida a tus suscriptores por un precio de 997 euros al mes tachado para que se quede en 97.
Monta un proyecto ético y creíble en el que no prometas nada que no puedas cumplir e implica a tu cliente en el proceso, ya que sin su trabajo en ningún caso será posible lograr sus objetivos.
Creo que se entiende.
Entonces.
Lo mismo en mi caso la libertad sea lo más importante.
Lo mismo deteste a los vendehumos.
Por eso, quizás, he creado una membresía ética que no me esclaviza.
Y no, no es que yo sea la Madre Teresa de Calcuta.
Es que esta y no otra es la mejor forma tanto de ganar dinero como de ayudar a mis suscriptores a que también lo ganen.
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