El día que todos querían hacerse fotos conmigo
Hablemos de los eventos de emprendimiento y marketing digital.
Mira, nunca he sido demasiado mitómano.
Jamás me he desvivido por una estrella de rock, un futbolista o un vendehumo.
Sin embargo, que yo no lo sea no significa que el común de los mortales lo sea y haga gala de ello en este tipo de evento.
Antros de lujuria y perversión al servicio del gurú de turno.
¿Algo en contra del gurú de turno?
Depende del gurú y depende del turno.
Pero de eso hablaremos en otro email.
A lo que vamos, los eventos.
Yo antes también iba a eventos viciosos y ociosos.
Y no, no iba a aprender.
Tampoco iba a hacer contactos.
Y ni tan siquiera iba a dar palmas.
Entonces, ¿qué cojones iba a hacer?
Iba a mostrarme. A qué me vieran.
Iba a gustar.
A que me acariciaran el ego de alabanzas no solicitadas y altamente interesadas.
Porque a todos nos gusta que nos acaricien el ego y lo que no es el ego. Yo no soy una excepción.
Tampoco lo fui aquel día, en el que en un evento de marketing online muchos asistentes se hacían fotos conmigo.
Como si fuera alguien importante.
¿Era alguien importante?
No lo creo. Sin embargo, lo que sí sé es de que tras muchos años especializado en el nicho de los negocios de suscripción, había ayudado a muchas personas a montar sus proyectos de membresía y a vivir de ello.
Esto es así.
Entonces, muchos se hacían fotos conmigo.
Y eso me ponía francamente cachondo.
Bueno, muchos pensarán que soy un engreído. Pero ese no es mi problema.
Mi problema es continuar ayudando a empresarios y emprendedores a vivir de sus negocios de suscripción generando ingresos recurrentes todos los meses para no volver a tener incertidumbre económica nunca más.
Nunca.
Más
El cómo, está aquí: