El mayor error que cometen en sus negocios incluso emprendedores inteligentes
¿Eres inteligente?
¿Eres emprendedor?
¿Cometes errores?
Bien, pues entonces quédate. Porque esto puede interesarte.
Mira.
Hay algo que tengo comprobadísimo.
Comprobado, no. Comprobadísimo.
Y es que cuándo arrancamos un negocio, sea del tipo que sea, tendemos a mirar demasiado para fuera.
Demasiado hacia los demás. Los demás y sus negocios, proyectos, emprendimientos o llámalo como quieras.
Tendemos a pensar que a todo el mundo le va bien. Entonces, si a todo el mundo le va bien, tendremos que saber qué coj*nes están haciendo para lograr semejante «éxito» en sus negocios.
Nótese éxito entre comillas.
Otro día hablaremos del éxito.
Bien.
Entonces les miramos. Les observamos. Les escrutamos.
Nos pasamos el santo día analizando lo qué hacen, cómo lo hacen y por qué lo hacen, con el objetivo claro y meridiano de aplicarlo a nuestro proyecto.
El gran error deriva entonces de que nuestro proceso de toma de decisión no se basa en lo que a nosotros y a nuestros clientes nos interesa.
No se basa en ofrecer una propuesta de valor orientada 100% a los intereses de nuestro público objetivo.
No se basa en crear un negocio online que se adapte a nosotros y nos permita vivir una vida plena.
No.
Se basa en tratar de asimilarnos a aquella persona a la que admiramos. A la que seguimos. A la que queremos copiar.
O a la que, directamente, odiamos.
Y eso le pasa incluso a gente realmente inteligente, con mucha capacidad de proceso mental.
Creo sinceramente que eso es un error grave. Muy grave. Porque nos aboca a desperdiciar un montón de tiempo y energía que, bien empleado, nos permitiría conseguir nuestros objetivos de una forma mucho más orgánica.
Crear un negocio de recurrencia que verdaderamente traccione.
Imagínate dedicar toda esa fuerza, esa potencia, a crear una membresía que funcione. Un negocio de suscripción bien parido, pensado para captar suscriptores des del primer minuto.
Y eso es lo que te enseño en mi newsletter: