Esto genera tremenda ansiedad al 99,97% de los seres humanos.
Hay algo que paraliza negocios y liquida ambiciones.
Algo que bloquea suscriptores y asesina facturaciones.
Es algo que se puede (y se debe) trabajar si lo que te interesa es tener un negocio de membresía que te genere la tranquilidad y la seguridad que ningún otro modelo de negocio te puede proporcionar sobre la faz de la tierra.
Esa es una de las diferencias entre los empresarios exitosos y los que no.
Los exitosos son capaces de gestionar eso que a tantos genera ansiedad.
Tienen la habilidad, de pasarlo por su filtro y aprovecharse de ello de una forma tan lucrativa, que haría sonrojar a los expertos en marketing.
Sobre todo, porque ya sabemos que los expertos en marketing son los que menos saben de marketing.
Yo mismo, no tengo ni puta idea de marketing.
Quiero decir, en su momento hice un master en marketing que jamás terminé.
Quizás, si lo hubiera terminado, ahora sabría algo jajajjaj.
Y te aconsejaría soplapolleces como que debes vender sin vender.
Que nunca debes molestar ni ofender.
Que siempre, siempre, debes ser complaciente con tu cliente.
Que, importante, no olvides llevar unas rodilleras de repuesto, que nunca se sabe.
Y que, sobre todo, evites polarizar y generar polémica, ya que eso te generará montones de críticas, de problemas y de…
Haters.
Al leer esa palabra, la mayoría siente:
- Miedo.
- Pavor.
- Terror.
- Pánico.
- Horror.
- Espanto.
En cambio, una minoría siente alegría.
Una minoría que tiene claro que tenerlos es lo mejor que le puede pasar.
Ya que los haters son síntoma de salud y de riqueza para cualquier negocio…
… para cualquier negocio que sepa cómo aprovecharlos, claro.
Vale, tengo un newsletter.
Todos los días escribo un consejo para conseguir ingresos recurrentes, predecibles y escalables.
En caso de interés, déjame tu email ahí debajo y te los mando al correo: