Esto no es para tibios ni para comunistas
Advertencia.
Este es ese tipo de email que va a ofender mucho a dos colectivos en particular.
Te lo digo por si lo mismo prefieres borrarlo y ya de paso darte de baja de mi newsletter.
¿Sigues ahí?
Bien.
Hay una serie de comportamientos que casi todos los emprendedores, empresarios, freelance, autónomos y personas que trabajan para si mismas han normalizado.
Un listado de rutinas que han naturalizado e incorporado en su día a día como si fuera lo más normal del mundo, aunque les esté jodiendo la vida más que la heroína.
Me refiero a cosas como:
- No lanzar un negocio hasta que esté perfecto, aunque tarde meses o años en considerar que está perfecto, o incluso no lanzar nunca, no sea que alguien piense que no está perfecto y le señale por la calle.
- No vender o, peor aún, vender sin vender, no sea que el cliente se ofenda porque un empresario se dedique a hacer su trabajo que en todos los casos es vender.
- Decir a todo el mundo que sí: clientes, proveedores, socios, colaboradores y desocupados que escriben pidiendo gilipolleces sin sentido por email y RRSS.
- Sufrir una falta de autoestima tan galopante hasta llegar al punto de no confiar en uno mismo y hundirse ante cualquier cosa que diga un hater de internet sin vida propia y mucho tiempo libre para comer doritos tumbado en el sofá.
- Cobrar poquito, muy poquito, ya que como todo el mundo sabe el precio es el único, determinante y decisivo factor de compra para el 100% de los consumidores (y pensar que hay gente que se pone cachonda pagando mucho es una falacia).
- Contratar a muchos empleados, alquilar muchas oficinas, lanzar muchos negocios y añadirle muchas funcionalidades porque claro, más siempre es mejor.
- Cabrearse por cada cosa que dice un cliente, especialmente cuándo decide elegir a la competencia, supurando bilis por la boca y por el ano, hasta llegar a casa y terminar discutiendo con la familia, porque para eso está la familia, para aguantar su gestión emocional de mierda.
Ya, ya sé.
Tu cliente es así.
Tu negocio es especial.
Tu competencia se reirá de ti su lo haces diferente.
Tu mujer te dejará por un nómade digital joven y metrosexual.
En tu sector las cosas siempre se hicieron de la misma manera.
Bueno, piensa lo que quieras. Cada uno se limita como quiere.
Sin embargo…
Todo esto no es normal.
A ver, que si en tu caso te quieres quedar ahí para siempre, nada en contra.
Todo está bien cuándo eres feliz o cuándo eres cobarde.
Ahora bien.
Yo te propongo algo distinto.
Te propongo que comiences a trabajar tu mentalidad.
Que tomes las riendas de tu negocio y de tu vida, que todo es lo mismo.
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