Fulano me acusa de mentir y pasa esto:
Es imposible no triunfar con una membresía.
De verdad te lo digo, no es una exageración:
“lo único que has hecho es intentar vender diciendo que la panacea esta dentro de tu membresía, pero de la lección, consejo o idea que se supone transmitirías en tu correo ni una pisca.”
¿Ves por qué digo que es imposible?
No hay mayor argumento para darse cuenta de lo sencillo que es.
Te lo explico:
No es que tu competencia sean personas que no follan.
Ni siquiera personas que les gustaría, pero no saben cómo hacerlo.
Es que compites contra personas que piensan que follar es malo.
No es que no tengan negocios que facturen de forma recurrente con una membresía.
Ni siquiera que les gustaría aprender a hacerlo, pero no saben por dónde empezar.
Es que compites contra personas que piensan que vender una membresía es malo.
Y te diré más.
Vivir de puta madre con una membresía cojonuda es tan sencillo porque compites contra seres humanos que no son capaces de ver lo que tienen en frente de sus narices.
Ojo, hablamos de adultos.
Adultos de cuerpo, niños de mentalidad.
Adultos con traumas que les impiden avanzar, cuándo para lograrlo lo único que tienen que hacer es lo siguiente:
Mirar.
Y replicar.
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