La diferencia entre hacer descuentos, rebajas, promociones y felaciones en un negocio, y no hacerlo.
Muy posiblemente estés trabajando en ello.
Lo estés preparando todo.
Ultimando detalles. Limando flecos.
Dejándolo todo listo para las próximas semanas.
Es normal, casi todo el mundo está así.
La inmensa mayoría.
Yo, no.
Ni yo, ni otros emprendedores, la inmensa minoría, que optamos por no hacer descuentos, rebajas, promociones ni felaciones por viernes negro ni lunes violeta.
Vale, ¿y eso por qué?
¿Es que somos más guapos?
¿Nos creemos mejores?
¿Más listos?
¿Más cachas?
En ningún caso.
Lo cierto es que la única diferencia entre el 99,9% que se bajan los precios y los pantalones en estas fechas y los que no lo hacemos, es muy sutil.
Un detalle discreto, apenas imperceptible, que marca la diferencia.
¿La diferencia entre qué?
La diferencia entre tener un negocio de membresía que sobrevive únicamente gracias a las rebajas, jugándose la facturación del año en estas fechas, y que tiembla de terror cada vez que ve a su competencia bajar aún más los precios, porque sabe que también tendrá que hacerlo, hasta el día que se quede sin margen para respirar…
Y tener un negocio de membresía serio y sostenible, que no necesita hacer descuentos, rebajas, promociones ni felaciones por viernes negro ni lunes violeta y que, además, sabe aprovechar estas fechas para aumentar su facturación adelantando a su competencia.
Aunque bueno, no digo que dejes de ofrecer descuentos si no quieres.
Todo está bien.
Todo es correcto si te hace sentir bien y llena tu cuenta bancaria tal y como te gustaría.
¿Que quieres hacer descuentos, rebajas, promociones y felaciones?
Hazlo.
¿Que quieres aprender cómo aprovechar estas fechas para facturar a lo bestia sin tener que dejarte cantidades ingentes de dinero y de autoestima encima de la mesa?
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