La mujer del César
Se ve que Pompeya, la mujer de Julio Cesar, era honesta.
Indecorosa, amoral o indecente, no. Era honesta.
Sin embargo, esto no era suficiente.
Mira.
Según podemos leer en la web historiaclasica punto com, un patricio romano llamado Publio Clodio Pulcro, estaba enamorado de Pompeya.
Un poco, no. Estaba muy enamorado.
Tanto es así que «durante la fiesta de la Buena Diosa -celebración a la que solo podían asistir las mujeres- el patricio entró en la casa de César disfrazado de ejecutante de lira, pero fue descubierto, apresado, juzgado y condenado por la doble acusación de engaño y sacrilegio».
Oh.
Como consecuencia, César reprobó a Pompeya, a pesar de estar seguro de que ella no la había liado parda.
Lo hizo afirmando que no le agradaba el hecho de que su mujer fuera sospechosa de infidelidad, porque no basta que la mujer del César sea honesta; también tiene que parecerlo.
Bien.
A ti te pasa lo mismo.
Ya sé que no eres la mujer del Cesar, ni falta que te hace.
Pero tenéis algo en común.
No basta con que tu membresía aporte valor.
No basta con que tu membresía sea útil a tus suscriptores.
No basta con que tu membresía solucione un problema concreto de tu cliente ideal.
No basta.
Además, tiene que parecerlo.
Quien llegue a la página de pago de tu Membership Site, tarjeta en mano, tiene que tener meridianamente claro que tu membresía le aportará valor.
Que le será útil en su negocio.
Que le soluconará un problema concreto.
De lo contrario, tu membresía será reprobada por el Cesar.
Tu objetivo de conseguir ingresos recurrentes se irá al traste, al igual que se fueran los sueños de Pompeya.
Entonces.
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