Lo mal que lo hacen algunos y la tremenda oportunidad que eso supone para tu negocio
Hoy te voy a contar lo fatal que lo están haciendo la mayoría con sus membresías y de qué forma aprovechar eso como una ventaja competitiva brutal para tu proyecto.
Pero antes, un tema.
¿De qué hablamos cuándo hablamos de negocios de suscripción?
Hablamos de recurrencia.
Hablamos de previsibilidad.
Hablamos de escalabilidad.
Bien.
Todo eso muy bien.
Sin embargo, para disfrutar de la recurrencia, de la previsibilidad y de la escalabilidad gracias a nuestras membresías necesitamos básicamente tres cosas:
- Algo que vender.
- Alguien a quien vender.
- Saber vender.
Esto aterrizado en un ejemplo que todos podamos entender:
- Membresía de sesiones grupales de coaching y mentoría.
- Mamás que quieren dar el salto a emprender desde sus casas para poder criar y disfrutar de sus bebés.
- Comunicación de los beneficios de la suscripción de forma clara e inequívoca a través de email marketing.
Repito, es un ejemplo para que nos entendamos.
Suena bien.
Se entiende.
Incluso te diría que puede ser razonablemente sencillo de aplicar.
¿Problema?
Que la inmensa mayoría de emprendedores que se lanzan al maravilloso mundo de las suscripciones no tienen nada de todo eso.
- No tienen producto.
- No tienen audiencia.
- No tienen estrategia.
Y eso es un grave problema.
Un grave problema para ellos, quiero decir.
Sin embargo, para ti no representa un problema. Representa todo lo contrario.
Porque tú ya no formas parte de la inmensa mayoría.
De lo que formas parte es de la inmensa minoría que sabe lo que tiene que hacer para que su membership despegue.
Y eso supone una ventaja competitiva abismal para tu proyecto.
No sabes tú hasta qué punto estás en una posición privilegiada respecto al resto del mercado.
Pero todavía puedes avanzar más.
Porque tengo una lista de correo en la que todos los días comparto consejos para crear membresías rentables.
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