Mi opinión sesgada sobre Isra Bravo
En este email voy a contarte lo que pienso del calvo carbón de Isra Bravo.
Pero antes, un tema.
En el mundillo del emprendimiento online hay vicio.
Hay mucha perversión.
Y hay demasiado socialismo.
Hay vicio, perversión y socialismo.
¿Por qué?
Porque lo simple no mola. Lo que mola es complicarse, cuánto más mejor. Y contarlo. Sobre todo contarlo en redes sociales.
Vicio.
Si puedes meter cuatro funnels, diez webinars automatizados y veinticinco autoresponders, mejor que veinticuatro.
Perversión.
Y sobre todo, regalar mucho, mucho valor, para que vean que sabes. Cuánto más mejor, no sea que tengas los cojones de preparar una propuesta de valor de pago y enfrentarla al mercado y al rechazo.
Socialismo.
Esto es así.
Verás.
Uno de los grandes aprendizajes que he tomado de Isra Bravo es la sencillez con la que se pueden hacer las cosas.
Con la que se deben hacer las cosas.
Y ganar dinero con ello.
¿Digo que ganar dinero sea fácil?
No.
Digo que las cosas se pueden hacer de muchas formas.
Pero que la forma simple y directa puede ser la más efectiva y rentable para tu negocio.
Y también para tu membresía.
Sin complicarte la vida. Y sin complicársela a tus clientes.
Este es el mayor aprendizaje que me llevo de Isra y de sus formaciones.
Y no,
Isra no me ha pagado.
Ni me ha sobornado.
Ni me ha afiliado.
De hecho, ni sabe que he escrito esto.
Se está enterando ahora, al mismo tiempo que tú.
Escribo esto porque me da la gana, sin más.
En caso de que confíes en mi sesgada opinión y quieras aprender más sobre negocios de membresía, déjame tu email aquí: