No tienes que entenderlo.
En este email te voy a contar algo que igual cambia tu negocio para siempre.
Si ya te va bien como estás ahora y no te interesa evolucionar, posiblemente no te sirva.
Pero en el caso de que quieras pisarle a fondo, atiende.
Mira, cuándo tienes un mentor solo tienes que hacer una cosa.
Solo una.
Ni tres, ni dos. Una
Cuándo tienes un Mentor a tu lado, solo tienes que aplicar masivamente sin cuestionar.
Repito:
Aplicar.
Masivamente.
Sin cuestionar.
Porque esa es la función de un Mentor.
Llevarte de tu situación actual a los resultados que quieres.
Unos resultados que tu Mentor ya ha alcanzado.
Ya ha recorrido el camino y está dónde tú quieres estar.
Punto.
Y, como te decía ayer, si la aplicación es la correcta, los resultados son inevitables.
Por eso, necesitas aplicar masivamente.
No cuestionar. No entender.
Aplicar.
Porque no necesitas entenderlo.
Es más, no puedes.
No tienes el nivel de consciencia necesario porque no has pasado por ahí.
No has recorrido el camino.
Y por eso la mayoría de emprendedores son pobres como ratas.
Porque la mayoría quiere entender todo antes de hacerlo.
Necesita entender el porqué. El cómo. El cuándo. El dónde.
Entonces, si quieres entender todo antes de ponerte en marcha, no lo lograrás.
Porque si ahora mismo tuvieras la capacidad de entender todo, ya lo estarías haciendo.
Y no necesitarías a un Mentor.
Y si crees que debes entenderlo todo antes porque vas a hacer una inversión y piensas que “es mucho dinero”, tampoco lo lograrás.
Eso es pensar como un pobre.
Los pobres están obsesionados con el dinero por miedo a perderlo, y ahí se quedan, estancados para siempre.
En cambio, el rico conoce bien el significado de riesgo controlado y da el salto de fe.
Por eso gana en la vida.
Haz lo mismo y fuerza tus miedos.
Ponte incómodo.
Haz lo que pocos tienen cojones de hacer y vive como todos quieren vivir.
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