Pareja se discute gravemente en un restaurante y todos lo ven
Yo, en un restaurante.
Pareja a mi lado. Él, cuarenta y pocos. Ella, treinta y largos.
Discuten fuerte.
Pinta bien.
Ella le echa en cara que nunca está. Que tiene tiempo para todo menos para lo importante.
— Que si para el trabajo siempre tienes tiempo.
— Que si para el pádel siempre tienes tiempo.
— Que si para las cervezas con los amigotes siempre tienes tiempo.
Él le echa en cara que se molesta por todo. Que cualquier cosa es susceptible de terminar en bronca.
— Que si comento algo acerca de tus padres te cabreas.
— Que si comento algo acerca de tus amigas te cabreas.
— Que si comento algo acerca del tío que te tira la caña en Instagram te cabreas.
Pinta bien.
La verdad es que no sé como termino la velada, porque llegaron más tarde que yo y al poco me largué.
Pero ese corto periodo de tiempo fue suficiente para que todo el restaurante se diera cuenta del problema que tenía esa pareja.
Un problema llamado falta de compatibilidad.
Y es que a veces nos empeñamos en mantener relaciones, ya sean personales o profesionales, con personas cuyo nivel de compatibilidad es cero.
Cero patatero.
Y luego pasa lo que pasa.
Es como cuándo montas un Membership Site y te rodeas de emprendedores que poca o nula idea tienen de lo que representa montar un negocio de suscripción.
De esos que se creen que crear una membresía es sinónimo de vivir de ingresos pasivos en automático surfeando en las playas de Bali.
Mira.
Está claro que crear y escalar un Membership Site ya es suficientemente complejo como para que, además, tengas que aguantar según qué.
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