Por qué no soy barato y por qué tú tampoco deberías serlo
Si tienes dificultades poniendo precios a lo que sea que vendas, esto te interesa.
[Esta primera frase enganchará a prácticamente todo el mundo…
…porque prácticamente todo el mundo tiene problemas poniendo precios.
En realidad es algo bastante sencillo, pero nadie nos ha enseñado a hacerlo.
Y cuándo nos han enseñado, lo han hecho mal…
…porque han basado la estrategia en una paupérrima mentalidad de escasez.
Es lo que hay].
Bueno.
Vamos a hablar de pricing. De políticas de pricing.
Y sobre todo, de cómo fijar el precio de tu membresía sin dejarte cantidades ingentes de dinero encima de la mesa…
…y sin parecer necesitado.
Porque sí, melón.
Lanzar una membresía a tres o cinco euros al mes “para validar”, además de hacerte perder mucho, pero que mucho dinero…
…también te hace parecer necesitado.
Te hace gritar a los cuatro vientos que no tienes clientes…
…y que por eso pones esos precios de derribo.
Para captar lo que sea, al precio que sea.
No sé Rick, parece falso.
Y además de falso parece poco sexy.
Las rebas del Carreful no son sexys.
Udemy en Black Friday permanente no es sexy.
Tú a cinco euros no eres sexy.
Y mira.
En casi cuatro años en esto de los negocios de suscripción he conocido a muchos, pero que a muchos emprendedores.
Pero a ninguno que realmente se ganara bien la vida gritando escasez a los cuatro vientos.
Siento si duele, pero es lo que hay.
Sin embargo, que duela no es malo.
Que duela es bueno, significa que todavía hay vida.
Y esperanza.
Esperanza de que subas tus precios.
De que pongas en valor tu trabajo.
Y que te respetes como emprendedor y como ser humano.
Tengo una membresía especializada en negocios de suscripción.
Vale 300 euros al año, IVA incluido.
No es una membresía cara, de hecho, es absurdamente barata.
Porque con todo lo que aprenderás dentro, si lo aplicas bien y eres medio espabilado…
…podrás recuperar la inversión a lo largo de la misma semana.
O del mismo día.
Eso ya depende de ti.
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