¿Por qué no tienes más éxito del que estás teniendo ahora?
En serio te lo pregunto.
¿Por qué todavía no estás dónde quieres estar?
¿Por qué tienes la vida que quieres tener?
¿Por qué?
—Es que los impuestos no me dejan crecer.
—Es que mis clientes son idiotas.
—Es que mi mujer no me deja.
—Es que no tengo tiempo.
—Es que no tengo dinero.
—Es que.
—Es.
Basta. Déjate de tonterías y respóndeme honestamente:
¿Por qué no tienes más éxito del que tienes ahora mismo?
¿Por qué cojones no tienes exactamente el negocio que quieres tener?
Lo sé, sé que esa pregunta duele.
Sé que las respuestas agitan tu consciencia y te ponen incómodo.
Muy incómodo y mucho incómodo. Pero, ¿sabes qué pasa?
Pasa que la exposición a la incomodidad permanente es el único camino al éxito perdurable.
Lo sé bien.
Entonces, en mi opinión sesgada del día, si quieres avanzar, necesitas hacerte esas preguntas.
Yo me las hago todo el tiempo.
Todos los putos días me levanto y pienso…
—Quiero estar exactamente ahí, sin embargo, todavía no lo he conseguido por esto y eso otro. Ok, entonces, voy a ver cómo cojones lo consigo y quién puede ayudarme a llegar ahí más rápido y con menos fricción.
Todos los putos días.
¿Resultado?
Dejo que te lo imagines tú.
Algo está claro, amigo cibernauta: la acción precede a la compresión.
Porque, mientras unos piensan, valoran, sopesan, analizan, ponderan y fiscalizan, otros accionan masivamente sin cuestionar.
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