Quedo para comer con una suscriptora y me da una tremenda lección
Me gusta conocer a mis suscriptores.
No a todos. A los haters, por ejemplo, no tengo interés en conocerlos.
Sin embargo, a los suscriptores interesantes sí, ya que siempre puedes aprender mucho.
Si vas con la mente abierta y la boca cerrada.
Es lo que me pasó el otro día con Roxana.
Roxana es una máquina de la creación de contenido online.
Tiene un canal de Youtube con más de 300K subs.
¿Y qué pasa?
Pasa que los monetiza.
Es decir, no tiene seguidores, ni suscriptores ni admiradores en redes sociales por tener.
Los tiene y los monetiza muy bien a través de una membresía de precio bajo y alto valor.
Bueno, ya sabes lo que opino de las membresías de precio bajo en el 99% de los casos.
Opino que son una ruina.
Pero Roxana, forma parte del 1% restante.
Del 1% que vive muy bien de una membresía de precio bajo porque tiene una comunidad enorme a quién vendérsela.
No es lo mismo que lanzar una membresía de 10€ al mes cuando no te escucha ni la familia.
Es distinto.
Bueno, que mientras comíamos Roxana me contaba cómo lo ha hecho para crear una comunidad tan bestia.
Y una comunidad no solo enorme, sino con la tarjeta caliente lista para pasarla por su página de pago.
Esto es lo más complicado.
Y Roxana lo ha conseguido.
Bueno, ahora yo también tengo ese conocimiento.
Porque fui con la mente abierta y la boca cerrada.
Lo mismo pronto cuento cómo lo hizo Roxana porque será de mucha utilidad para los emprendedores que están planteando su negocio de membresía con poca o nula comunidad.
Y para aquellos que ya la tienen, pero no termina de despegar.
Pero en ningún caso lo contaré aquí.
Lo contaré en mi lista de correo: