Si solo pudiera darte un consejo, sería este.
Si vas a montar una membresía no hagas esto, hazme caso.
No pierdas el tiempo en hacerte fotos para la web.
Ni pierdas el tiempo diseñando tu logo.
Es más, no tengas logo.
No comiences pensando en el precio que le pondrás.
Ni en si habrá un nivel de membresía mensual o anual.
Ni mucho menos en el producto exacto que vas a ofrecer.
Es más, no tengas producto.
Si realmente pretendes construir una membresía rentable que te permita escalar y dejar de intercambiar tiempo por dinero, no hagas eso.
En este momento, no es relevante.
Así, lo único que conseguirás es una membresía mileurista que engorde el numeroso grupo de emprendepobres del circo online, esos que se pasan la mañana chateando en Discord mientras critican al exitoso y lloran por lo caro de la cuota de autónomos.
En este momento debes enfocarte en otra cosa.
En construir algo que te acompañará siempre en tu negocio, vendas lo que vendas.
Un activo sólido, alejado de los vaivenes de la penúltima red social o la última IA de turno.
Debes enfocarte en construir una audiencia.
Un grupo de personas, afines a ti y a tu marca, que eventualmente pueden ser clientes de tu producto, servicio o membresía.
No todos lo serán, está claro. Pero si lo haces bien, jamás te faltarán clientes.
Entonces, si solo pudiera darte un consejo de negocio, sería este:
Si piensas montar una membresía, céntrate lo primero en construir una audiencia.
Pero no una audiencia cualquiera. Una buena audiencia.
Tener 300.000 y ya en RRSS, quizás es una buena audiencia.
Es ego. Pero una buena audiencia quizás no es.
Porque cuándo tienes una buena audiencia, pasa que mandas un email por la mañana, te vas a pasar el día fuera con la familia y, cuándo vuelves a casa por la tarde, tu mujer te dice que qué coño haces pegado al móvil tanto rato…
Y tú le contestas que estás haciendo scroll por las ventas de Stripe.
Eso es una buena audiencia.
Haz con esta información lo que quieras.
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