Si tu marido tiene 40 y parece que tenga 60, cambia de marido, hazme caso.
El otro día puse el asunto de este email en RRSS.
¿Sabes quién me respondió muy ofendido?
Hombres.
¿Y quién se descojonó?
Mujeres.
Por eso es importante tener testosterona y ganas de usarla. Para los negocios y para la vida.
Por eso, cada día más gente lo está entendiendo. Son más conscientes y lo ponen en práctica.
No es casualidad.
Hablo de lo caro que resulta no tener una Membresía.
De lo alta que es la factura de no generar pasta recurrente.
De lo disparatada es la multa de no disponer de un activo que te proporcione un flujo constante de ingresos en tu negocio.
Y de lo que eso significa.
Porque podemos hablar de ingresos recurrentes.
Pero también podemos hablar de tranquilidad financiera.
De previsiones precisas sobre cuánta pasta tienes para invertir en hacer crecer tu negocio.
Podemos hablar de hacer crecer tu negocio.
Podemos hablar de cumplir a rajatabla los límites que ese día fijaste para tu negocio.
De las líneas rojas que dijiste que jamás traspasarías.
Esas, que en demasiadas ocasiones tuviste que saltarte cerrando fuerte los ojos.
De las concesiones, una tras otra, que tuviste que hacer.
Y de lo humillado que te sentiste.
Podemos hablar de cómo eso, directamente, no volverá a sucederte jamás.
De no volver a sufrir ese ardor de estómago.
De no trabajar con clientes tóxicos.
De no trabajar con clientes.
¿Tienes una Membresía que funciona? Ok, hablemos de lo que quieras.
Porque sin ella, todo son multas y facturas por pagar.
Por eso digo, afirmo y reitero tajantemente que:
Todo negocio debe tener una membresía.
Todo negocio.
El que factura 100.000€
Y el que factura 10.000.000€
Ese último, más.
Todos los días escribo un email a miles de emprendedores y empresarios con un nuevo consejo de Membresías.
En caso de interés, te apuntas ahí abajo: