Suscriptores desocupados me insultan gravemente
Vaya, baia, balla.
El email del lunes tuvo muchas respuestas.
Me refiero al email sobre la subida de la cuota de autónomos.
Eso era de esperar. Que hubiera respuestas, digo.
Lo que no me imaginaba es que tantos desocupados me escribieran ofreciéndome sus opiniones no solicitadas acerca de cómo debo de escribir mis emails.
Sobre todo cuándo el único email de venta que saben escribir es el de “no te preocupes, que si mi precio no te cuadra, tengo otro más bajo”.
Bien.
Hay algo que está claro y no atiende a dudas.
Para vender, hay que remover.
Hay que remover emociones.
Hay que remover consciencias.
Hay que remover tarjetas.
Y no necesariamente en positivo.
Quiero decir, en muchas ocasiones, generar emociones negativas es el paso previo a que tu cliente te compre.
Traducido a nuestro idioma, es la antesala de que pasen su tarjeta con saldo por la página de pago de tu Membership Site.
Y es que, atiende que esto es muy importante, es mejor esto que escribir un email aburrido, incoloro e insípido.
Es decir.
Que si pretendes vender tu membresía explicando que sois un equipo multidisciplinar con treinta años de experiencia que ofrece servicios 360 con precios muy ajustados…
…o más probable es que no te compre ni el tato.
Ni el tato del tato.
Eso sí, nadie te escribirá diciéndote lo que tienes que hacer. Ni llamándote fascista.
Pero tampoco venderás suscripciones.
Y no sé.
Yo prefiero que unos me insulten por email al tiempo que otros me compran membresías.
Pero claro, eso depende de cada uno y de lo fina que tenga la piel.
Bueno, vamos terminando que tengo el día ocupado.
Sabemos que un negocio sin ventas no es un negocio.
Sabemos que una membresía sin suscriptores no es una membresía.
Y si tú también quieres vender membresías, tengo algo que lo mismo te interesa: