Tres consejos no solicitados para evitar que tu Membership Site se desangre más que las venas cortadas en una canción de desamor
Vamos a ver.
Céntrate un momento.
Si comes más que andas, te engordas.
Si corres más de lo que debes, te multan.
Si gastas más que ingresas, te arruinas.
Está claro, ¿no?
Entonces.
Si tienes más bajas que altas en tu membresía, ya puedes bajar la persiana.
No hay más. Al final, todo son cálculos simples. Sumas y restas que te darán buena cuenta de la viabilidad, o no, de tu negocio de membresía.
Este es, precisamente, uno de los mayores problemas de los emprendedores al frente de un negocio de suscripción.
Y es que, prácticamente de forma inconsciente, se enfocan a tope en la captación de nuevos clientes.
Se centran en captar obviando una de las tareas más importantes en este tipo de negocios.
La retención.
Pasarse el día lamiendo el culo a vende humos en grupos privados de Facebook, no.
Retener clientes.
Piensa que captar a un nuevo suscriptor te puede costar, de media cinco veces más que retener a uno que ya tienes.
A uno que ya confía.
A uno que ya te ama.
A uno que ya te paga.
Entonces, te voy a dar tres consejos no solicitados para evitar que tu Membership Site se desangre más que unas venas bien cortadas en una canción de desamor:
Uno, aporta valor de forma recurrente y 100% alineado con las necesidades de tu público objetivo.
Dos, utiliza la táctica del FOMO (fear of missing out) subiendo precios y manteniéndolos a los suscriptores actuales.
Tres, gamifica con recompensas golosas para los suscriptores más longevos de la membresía.
Y cuatro, diseña un Membership Site usable, en el que los suscriptores puedan pagar y navegar cómodamente.
Oh, ¿dije tres?
Nah, te lo pareció.
De nada te sirve aportar valor, subir precios y gamificar, si la plataforma web de tu membresía es un cristo que no entendería ni un ingeniero de la NASA.
Y para crear una membresía que hasta tu abuela del pueblo entenderá, mira aquí: