Tu enemigo va armado hasta los dientes.
Están los manipuladores.
Están los psicópatas narcisistas.
Están los lobos con piel de cordero.
Están los que te dicen que sí a sabiendas de que es que no.
Están los que te hacen perder el tiempo y el dinero.
Están los que te roban la salud.
Están los que tratan de humillarte deliberadamente.
Están los que te piden sin dar nada a cambio.
Están los que escupen por dónde pasas.
Están los que te prometen la luna cuándo es de día.
Están los que les das la mano y te cogen el brazo.
Están los que no valoran absolutamente nada.
Están los que te sablan a impuestos.
Están los que se la pela tu futuro.
Están los que te quitan la libertad.
¿Asqueroso?
Sin duda, pero cada uno juega sus cartas.
Es más, cuándo a uno le han funcionado esas cartas, las utiliza más.
Más y más, sin parar.
Yo no te propongo eso.
Quiero decir, no te estoy diciendo que juegues con las cartas de tu enemigo.
Que serán legales, pero moralmente repugnantes.
Estoy diciendo que juegues con las tuyas.
Y con las mías.
Estoy intentando que seas capaz de vender con tu Membresía lo que tú quieras sin sentirte mal cada vez que te metes en la cama.
Porque, no hay nada peor en esta vida que cerrar los ojos cada noche y que ese ruido mental incesante te quite la poca paz mental que te queda.
Porque, si lo piensas, lo único que queremos los seres humanos es paz mental.
Bueno, tengo una newsletter.
Todos los días escribo un nuevo consejo de negocio a los miles que están dentro.
Día que estás fuera, consejo perdido.
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