Yo también he estado ahí.
Siempre digo que todo negocio debe tener una membresía.
Y no lo digo de oídas. Lo digo por otra cosa.
Porque yo también he estado ahí.
Yo también he sufrido esa facturación incierta. Esos picos y valles de ingresos.
Esa falta de estabilidad y ese vaivén emocional.
Yo también he estado ahí.
Yo también he tenido que cerrar nuevos clientes cada mes por narices.
A veces, también me ha tocado trabajar con los tóxicos.
Yo también he estado ahí.
Yo también me vi sin poder hacer ningún tipo de previsión en mi negocio.
Al no saber cuánto facturaría ese mes, ni el siguiente ni el otro… no había manera hacerlas.
Yo también he estado ahí.
Yo también he estado atrapado en un negocio poco o nada escalable.
Un negocio que para crecer necesitaba sí o sí de la contratación de equipo.
Yo también he estado ahí.
Sin embargo, lo más jodido no fue todo eso.
Lo más jodido fueron las consecuencias de todo eso.
El impacto de esos problemas en la vida.
Yo también me he visto sin tiempo para pasarlo con las personas que más quería.
También he estado cansado y agotado.
Frustrado y cabreado por un negocio que ya no me daba lo que necesitaba.
Con la necesidad de parar o reventar. E, incluso, de mandarlo todo a tomar por culo.
Yo también he estado ahí.
Yo también emprendí para vivir… y me encontraba viviendo para emprender.
Esclavo de un negocio que nada tenía que ver con mi propósito inicial
¿Qué puta mierda era esa?
Yo también he estado ahí.
Nosotros hemos estado ahí. Y sabemos ayudar a todas las personas que tienen los mismos problemas que nosotros hemos tenido.
Entonces, si te sientes identificado, si tú tienes un problema que nosotros hemos tenido y hemos solucionado, sabemos cómo hacerlo.
No es complicado para nosotros.
Ni complicado para las personas que eligieron dejarse ayudar.
Bueno, tengo una newsletter.
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